Ser pacientes, una habilidad  tan necesaria como poco valorada

Ser pacientes, una habilidad tan necesaria como poco valorada

Tener la habilidad de esperar, de forma calma, mientras nos enfrentamos a la adversidad, a cambios o a frustraciones es una buena definición de ser pacientes.

Al ser pacientes, estamos entendiendo que las cosas tienen un tiempo para desarrollarse y desplegarse, especialmente cuando abordamos algo que no tiene resultados instantáneos.

Date permiso para tomarte el tiempo y el espacio necesarios para las prácticas propuestas, sin esperar resultados especiales y ver qué va sucediendo con tu vivencia. 

¿Cómo ser pacientes a la hora de practicar?

Esta actitud es muy importante y nos viene muy bien ya que cuando nos detenemos a practicar, en un principio notaremos -entre otras cosas- cuántos pensamientos tenemos.

En general, tendemos a ser pacientes con las cosas que nos gustan y nos traen alegría.  Cuando estamos en momentos de plenitud y nos sentimos bien, la paciencia surge casi espontáneamente. 

Ahora bien, como ya habrás leído y experimentado, cuando practicamos surgen un sinfín de pensamientos y emociones. 

Algunos de los cuales no son tan agradables y lo habitual es querer borrarlos, no tenerlos, evitarlos, saber que no volverán.

Entender cómo afrontar esos momentos en que no nos gusta lo que estamos experimentando en la meditación es la clave. 

¿Te acuerdas que muchas veces digo durante la práctica:  “Como es en el cojín, es en la vida”?

Si estando en tu postura de meditación, notas que tu mente se va de paseo y tú te regañas por eso, te dices que lo estás haciendo mal, que esto no es para ti, que no deberías estar sintiendo esto o aquello entonces es un buen momento para darte un poco de paciencia a ti misma. 

“No no no, así no se camina… déjalo, esto de caminar no es para ti”

Es probable que no recuerdes cuando tú, de pequeñín, empezaste a caminar pero si tienes peques cercanos tal vez hayas podido ser testigo de cuando empezaron a caminar. 

¿Verdad que en ningún momento dijiste, “No no no, así no se camina… déjalo, esto de caminar no es para ti”

¿Y por qué no lo hiciste, más allá de la compasión y el amor? 

Porque aprender a caminar lleva tiempo, te levantas una y cientos de veces hasta que has aprendido bien y te sientes firme y segura en bipedestación. 

Pues así haz de hacer en la práctica meditativa. 

Cuanto menos paciente seas, más necesitas practicar mindfulness

La práctica de mindfulness es un entrenamiento que lleva tiempo, aunque algunos beneficios los notas enseguida otros tardan más en llegar, y ser pacientes es una buena base para explorar.  

Por otra parte, no olvidemos que vivimos en un mundo frenético donde priorizamos las recompensas a corto plazo. 

Cuando nos vamos a embarcar en algo que nos llevará cierto tiempo o que nos resulta desafiante, muchas personas dudan de su capacidad de ser pacientes:  “Yo no tengo paciencia para eso, nunca he sido paciente, no seré capaz”

Recuerda que eres una persona que cambia, que lo que era verdad ayer tal vez hoy no te funcione. 

Cerrarte en banda es NO darte la oportunidad de crecer y desarrollarte. 

Ser pacientes: cómo desarrollar tu paciencia

Lo mejor de todo esto es que la paciencia también se entrena como un músculo del cuerpo. Te dejo algunas ideas de la paciencia y la práctica.

Practicar mindfulness sin objetivos ni expectativas.  

Actualmente estamos viviendo un momento en que todo es en base a  cumplir objetivos, llegar a la meta. Esta actitud , en sí misma, no es mala pero ¿qué sucede cuando todo lo hacemos cumpliendo objetivos?

Aquí podemos diferenciar dos puntos interesantes.

El primero es:  ¿los objetivos de quién o quiénes estás deseando cumplir? 

Gran parte de nuestra vida está regida por la identificación que sentimos a objetivos que nos han impuesto otros (la religión, quienes fueron nuestros cuidadores, la familia, tu actual empleo, el entorno inmediato, la cultura, la sociedad donde vives, etc.)

El segundo punto está en tus expectativas. 

Cuando te sientes impaciente, puede que sea por las expectativas que te pusiste. Te sientes en continua auto-evaluación.

Estás a la espera de un resultado que te está llevando más tiempo del “planeado”.

Aprender a gestionar tus expectativas es una habilidad que te ayudará mucho en este punto, cada entrenamiento tiene fases diferentes y es distinto según las personas. 

Respira conscientemente

Observa que no he escrito que respires profundamente… 

No se trata de que inhales más oxígeno sino que lo hagas de forma consciente

Prueba y verás que es muy distinto sentir tu respiración en tu cuerpo a respirar profundamente.

Dato a considerar: ¿sabías que algunos investigadores proclaman que somos una sociedad sobre-respirada? Es decir, que respiramos en exceso. Esto te lo contaré en otra entrada. 

Rememora momentos pacientes

Trae a tu memoria momentos en los que supiste ser paciente y obtuviste resultados, seguramente habrás planificado y dedicado mucho tiempo y esfuerzo.

La mayoría de los grandes logros los hemos conseguido en base a ser pacientes, incluso cuando creemos que no somos pacientes.

Juega a preguntarte 

Como en un juego, pregúntate si ser impaciente te soluciona o cambia la situación en la que te encuentras. 

Un periodista preguntó a Thomas A. Edison (el inventor de la lámpara incandescente, entre otras cientos de cosas)

» ¿Nunca pensó en tirar la toalla después de tantos fracasos?”.

A lo que Edison respondió:

“¿Fracasos? No sé de qué hablas. En cada intento aprendí el motivo por el cual una bombilla no funciona”.

¿Crees que valió la espera la paciencia indiscutible de Edison?

¿Por qué no puedo poner la mente en blanco?

Dejar la mente en blanco es un objetivo que muchas personas creen que es el que se busca en las diferentes prácticas meditativas.

Y es también una de las tantas falsas creencias que muchos instructores o personas, con buenas intenciones, proclaman para publicidad de sus prácticas y formaciones. 

Practicar no es poner la mente en blanco. 
No es dejar de pensar.
Ni dejar de sentir lo que estás sintiendo.

?Practicar es abrirte a lo que surge en el momento presente.
?Es aprender a ser testigo, a poder observar tu actividad mental y emocional.

A medida que avances en tu práctica podrás aprender a reconocer tus mecanismos internos y entender por qué piensas como piensas y por qué sientes lo que sientes.

Insisto, esto no significa que pensarás menos pero sí te darás cuenta del contenido de tus pensamientos y aprenderás a calmar tu mente, a hacer más espacios, a «administrar mejor» tus pensamientos. 

Y respecto de tus emociones, desarrollarás la capacidad de percibir cuáles emociones se presentan asociadas a ciertos pensamientos y esto te dará una mejor «gestión de tus emociones».

Mindfulness es una práctica profunda, un camino hacia tu interior para aprender más sobre ti misma.


Es por eso que hace miles de años que se practica. 

La invitación a comenzar o profundizar tu práctica está abierta. 


Aprovecha a unirte a las sesiones gratuitas en directo a través de Zoom, date de alta para recibir las fechas y el enlace pinchando aquí

Practica en audio aquí

Te dejo una práctica breve de unos 10 minutos, aproximadamente.

Toma asiento y dale al play ▶️ .

Disfruta de tu práctica.


Si eres más de video, aquí lo tienes

Si eres más de videos, te dejo una práctica guiada muy sencilla y profunda para que puedas poner en práctica ahora mismo la atención plena -mindfulness.

Tiene una duración de unos 12 minutos y es sin música de fondo.

Espero que la disfrutes. Si te ha gustado, compártela

¿Cómo van tus propósitos 2020?

¿Cómo van tus propósitos 2020?

Cada vez que termina un año, inevitablemente, nos proponemos nuevos objetivos para la nueva etapa que comienza: los llamados “propósitos».

Estos propósitos pueden llegar a ser complicados y pesados para nuestro ánimo. Dicen los que saben que, a menudo, los abandonamos a mediados de enero y que para fin de año sólo el 10% los habrá podido mantener.

La práctica del mindfulness puede ayudarte a conseguir, lo que ahora parecen, retos difíciles.

Confía! No te desanimes.

Es conveniente, al revisar o plantearnos los propósitos, que tengamos en cuenta algunos detalles, te cuento:

  • Mira en tu interior y explora cuáles son tus verdaderas necesidades. Muchas veces actuamos para satisfacer deseos de otras personas, ésta es una forma fácil de dejar de lado nuestros propósitos rápidamente.
  • ¿Te has puesto propósitos realizables y que dependen de ti? En inglés, existe una sigla que resume la idoneidad de los objetivos a plantearse: SMART (Specific, Measurable, Attainable, Relevant, Timely). Lo que en castellano sería: Específico, Medible, Alcanzable, Relevante y en un determinado período de Tiempo.
  • Hazte un plan flexible, que si a la primera no sale, tengas un plan B o C, si fuera necesario!
  • Comenta con las personas de tu círculo qué te estás planteando. Encuentra profesionales que te ayuden y personas que tengan propósitos similares a los tuyos. Siempre es más fácil conseguir ciertos objetivos en compañía.

¿Están dentro de tus propósitos mejorar tu calidad de vida, encontrar más calma y vivir más de acuerdo a tus necesidades? ¿Quieres aprender a entender cómo influyen tus pensamientos en tu estado anímico y poder regularte mejor?  ¿Buscas «algo» que te ayude a vivir más plenamente?

Si es así, sabes que tienes un espacio donde compartir dudas y realizar un plan de acción de cara a conseguir esa vida que deseas. Te ofrezco un espacio acogedor y cálido en pleno centro de Granada.  

Mira las actividades programadas para las próximas semanas, donde personas como tú buscan y encuentran momentos de calma, sensación de bienestar, reducen el estrés y obtienen más beneficios por la práctica del mindfulness. 

PINCHA en ESTE ENLACE e inscríbete a las actividades.

Te espero!

Estrés y fiestas, cómo llevar mejor este período.

Estrés y fiestas, cómo llevar mejor este período.

Llega la Navidad!

Momento de buenos deseos, de felicidad y amor pero ¿es siempre así?

Esta época del año es, en general, una de las más estresantes: la lista de regalos, preparar la casa para visitas, la decoración navideña, el menú, la familia, las compras y las reuniones con colegas y amigos que, a veces, forzamos para que sean antes de fin de año.

El estrés puede afectarnos de diferentes formas, falta de sueño, problemas con el peso, dolores de cabeza, contracturas musculares, cansancio acumulado, náuseas, ataques de pánico, etc. A veces, ni siquiera nos damos cuenta de que estamos estresadas hasta que ya “no podemos más”.

Aprende a lidiar el estrés de las fiestas con Mindfulness

Crea espacio para ti. Tómate algunos minutos al día para estar sólo contigo, aunque sólo sean 5 minutos donde te dediques a sentir tu cuerpo respirando. Nada que hacer, ningún lugar al que ir.

Apóyate en tus sentidos para estar más presente. Nuestros sentidos nos ayudan a conectar con el aquí-y-ahora. Cuando notes que tu mente salta alocada entre pasado y futuro, preocupaciones o pensamientos insistentes, vuelve al momento presente llevando toda tu atención expresamente a aquello que puedes ver, oír, oler, saborear o tocar. Elige un sólo sentido, por ejemplo, qué puedes ver en ese momento, intenta hacerlo sin juzgar lo que ves, simplemente viendo.

Calma tu mente, calmando tu respiración. Respira conscientemente.

Date momentos para respirar de manera consciente. Incluso puedes hacerlo estando con otras personas, llevando tu atención al recorrido del aire.

Y ten presente que la respiración abdominal es la que nos ayuda a bajar las revoluciones mentales, a calmarnos. Practícala cuantas veces al día lo necesites.

Te regalo una práctica de respiración consciente. Descarga aquí o escúchala en línea

Espero que estas sugerencias te ayuden a tener unas fiestas más conscientes y presentes.

¿Tienes estrés? ¡Calma tu mente con el STOP!

¿Tienes estrés? ¡Calma tu mente con el STOP!

Deja atrás al estrés

¿Te pasa que a menudo necesitas un “respiro”, un espacio para ti?
¿Hay días en los que el estrés parece ser la única respuesta a cómo estás?

En nuestras clases de mindfulness no queremos deshacernos del estrés.
Lo que queremos es aprender a relacionarnos con él de otra forma.
Porque el problema no es el estrés en sí mismo…sino la reacción que tenemos.

De acuerdo con el afamado psiquiatra y neurólogo Victor Frankl, creador de la Logoterapia:

“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio.
En ese espacio descansa nuestra capacidad de elegir”

Y es que el estrés es una forma de respuesta de nuestro organismo ante un estímulo.

En qué consiste la técnica

Hoy te presento una sencilla herramienta que te permitirá parar UN MINUTO y que te reportará beneficios en el momento. Es una práctica muy simple y útil.

Al tomarnos un momento para parar, respirar conscientemente y observar lo que sea que esté sucediendo, podemos reconectar con lo que estamos viviendo y responder de manera más efectiva. Crear este espacio consciente ayuda a disminuir los efectos negativos de nuestra respuesta al estrés.

Esta práctica puede llegar a ser muy reveladora ya que nos permite salir del piloto automático: un modo de «hacer» que si bien nos resulta útil en muchos momentos, en otros nos lleva a perdernos lo que realmente está sucediendo.

Al realizarla, quizá descubras que tus hombros estén tensos, tu mandíbula apretada o tu cuerpo esté lleno de tensión. Tal vez tengas hambre, estés cansado o necesites un descanso.

O, simplemente, descubras que es un buen momento para regresar al momento presente.

Usamos el acrónimo STOP del inglés, que en castellano significa PARE -aunque creo que todos sabemos bien qué quiere decir-

  • S:  STOP, para, detente, haz una pausa en lo que sea que estés haciendo. Tan simple como eso.
  • T:  TÓMATE UN MOMENTO, un respiro.  Lleva tu atención a tu respiración, sin alterarla, siente el aire entrando y saliendo.
  • O:  OBSERVA y conecta con la experiencia que estás viviendo. ¿Cómo están tus pensamientos? ¿Qué estás sintiendo? ¿Qué sientes en tu cuerpo?  Hazlo con curiosidad y evitando juzgar lo que encuentras.
  • P:  PROCEDE. Continúa tus actividades. Permítete estar abierto a nuevas posibilidades, responde naturalmente. Si te es posible, haz algo que ofrezca apoyo a la práctica:  toma una infusión, habla con alguien, mueve tus hombros, o, simplemente, continúa con lo que estabas haciendo.

Puedes practicar esta técnica tantas veces como te apetezca y experimentarla en distintos momentos del día.

Descarga la imagen, imprímela y tenla siempre a mano como recordatorio.

Audio aquí

Te dejo aquí el audio para aprender a hacer esta pausa consciente, puedes escuchar en línea o descargarla.

 

 

 

 

 

 

Descarga la imagen

Quiero meditar pero no quiero “empezar a meditar”

Quiero meditar pero no quiero “empezar a meditar”

Quiero meditar pero no quiero “empezar a meditar”

¿Te pasa que mucha gente a tu alrededor, está comentando acerca del mindfulness o de los beneficios de meditar?

Y, que si bien lo encuentras interesante, no te decides a empezar.

Siendo muy joven descubrí que la idea de meditar me atraía mucho y conocía algunos de los beneficios que aportaría a mi vida.

“Tengo que meditar” y “Debería meditar” eran frases que resonaban en mi cabeza pero no tenía tiempo para eso. Cuando tenía un rato libre lo dedicaba a mirar la tele, leer un libro, ver una peli, estar con amigos.

Mi interés por el mindfulness, la meditación y otras prácticas era puramente intelectual. Leía libros, me informaba de lugares donde practicar e incluso, pensaba en apuntarme a alguna clase. De vez en cuando iba a un retiro o una reunión, eso era lo máximo que podía practicar. La verdad es que creía que me aburriría.

La idea de sentarme a “hacer nada”, no era para mi. Quería “hacer” cosas que me gustaran, que me divirtieran!

Era de las personas que adoraba la idea de meditar pero que no quería empezar a hacerlo!

Hoy por hoy, la práctica se ha vuelto parte de mi vida. Y no hablo de sentarme horas a meditar como un monje. La actitud meditativa es algo que puedes incorporar en tu día a día, en tus actividades simples y cotidianas, casi sin darte cuenta.

Si sientes que lo anterior te resuena, te invito a reflexionar sobre estas frases que tantas veces nos repetimos.

“No sé por dónde empezar”

Si no sabes por dónde empezar, entonces sólo comienza!

En las reuniones de mindfulness, los instructores suelen decir “ sólo hazlo”. Y es verdad. No tienes que hacer nada especial. Sólo sentarte un momento y permitirte sentir.

Dirigir tu atención a la respiración es una manera sencilla de comenzar la práctica. Empieza de a poquito, no te pongas un objetivo demasiado alto.

Date primero unos minutos, luego ve añadiendo tiempo.

Y esta reflexión viene acompañado de la frase que tantas veces repetimos:

“No tengo tiempo!”

¿Verdad que no te pones a correr una maratón sin antes haber entrenado lo suficiente?

Conseguir meditar durante horas o media hora se consigue de a poco.

Empieza con 10 minutos. Todos estamos demasiado ocupados con la vida misma pero te aseguro que todos tenemos 10 minutos al día para dedicarlos a sentir nuestra respiración u observar la actividad de nuestra mente. Seguramente, la mayoría de nosotros, pasamos más tiempo en internet o viendo las noticias, por no hablar de mirar la vida de los otros en las redes sociales!

“No sé cómo meditar” “No se me da bien” “No soy buena para esto”

Si crees esto porque cada vez que te pusiste a meditar, notaste, te diste cuenta que tus pensamientos no paraban… entonces lo estabas haciendo muy bien!

No se trata de poner la mente en blanco -Teniendo en cuenta que tenemos miles -sí has leído bien- de pensamientos al día, esto es casi imposible.

Observa la actividad de tu mente, observa cómo los pensamientos van y vienen: futuro, pasado, lista de compras, la escuela, el trabajo, las relaciones afectivas, los deportes, la serie que miras, los “tengo que”… la lista es interminable.

Cada vez que te des cuenta que estás pensando, te estarás volviendo más consciente, estarás practicando la atención plena, el mindfulness.

La práctica del mindfulness o la meditación se puede hacer de muchas maneras. No sólo sentándote en silencio. Puedes caminar de manera consciente, puedes simplemente cortar el pan y poner todo tu atención en ello. La lista de ejemplos es tan larga como actividades realices en el día. A cualquiera de ella le puedes poner atención plena y transformarla en una meditación, lo que cuenta es tu actitud meditativa. También puedes probar con repetir un mantra u oración.

Las opciones son infinitas. Prueba una, después otra y otra y así incorporarás el mindfulness en tu cotidiano.

¿Ya te has descargado mi e-book “El Mindfulness en tu Vida Cotidiana”?