A veces nos cuesta decir NO a invitaciones o peticiones que nos hacen las personas de nuestro alrededor.

Los motivos por los que no decimos que NO, y aceptamos el encargo, pueden ser muy variados:

  • Sentirnos culpables por anteponer nuestras necesidades a las de los demás.
  • Creernos responsables. A veces pensamos que debemos encargarnos de todo.  
  • Por miedo a que nos rechacen, nos dejen de querer, nos menosprecien, …
  • Para evitar un conflicto. 

Aprender a decir NO y sus beneficios

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Nos cuesta horrores decir que no: 

  • A nuestro jefe o compañeros de trabajo cuando nos piden “ayuda” para realizar alguna tarea, y suele ocurrir que, algo que iba a ser puntual, se convierte en una tarea más para nosotras.
  • A nuestros familiares cuando les permitimos que “opinen” sobre nuestros asuntos y no les ponemos límites. 
  • A la amiga de turno que solo aparece cuando necesita un favor.

Y por mucho que a veces cueste decir que no, se hace necesario poner límites cuando nuestra salud mental está en juego.

¿Cómo decir que NO con asertividad?

La asertividad es la habilidad de expresar nuestros deseos, derechos, necesidades y opiniones de una manera amable, clara y respetuosa. 

Puedes utilizar estos ejemplos y ponerlos en práctica:

  • Te estoy muy agradecida pero no me interesa.
  • Hoy no me viene nada bien, pero gracias por contar conmigo.
  • Me encantaría ayudarte, pero tengo una lista larguísima de cosas urgentes que tengo que hacer hoy mismo/ en esta semana/ en este mes.

Si aún no te atreves a decir que no, prueba a ensayar delante del espejo. Es un ejercicio que funciona muy bien. 

  • Utiliza el lenguaje corporal para reafirmar tu postura. Mira a los ojos a la persona que tienes frente a ti. Que tu voz sea clara, tu mirada directa y acompaña tu expresión con una sonrisa. 

¿Cuáles son los beneficios de decir NO?

Aprendes a:

  • Ser consciente de que las personas no te valoran por las cosas que haces por ellas sino por quién eres tú como persona.
  • Conocerte mejor y descubrir cuáles son tus límites.
  • No tener cargas extra que no te pertenecen.
  • Valorarte más, quererte más y dejar de complacer a todo el mundo.

A qué llamamos conflicto

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Un conflicto es un desacuerdo que puedes tener con una o varias personas. En el trabajo, con tu jefe o tus compañeros. En tu vida privada, con tus amigas, tus familiares o tu pareja.

Los conflictos siempre van a formar parte de tu vida, pero vivir un conflicto y no saber cómo reaccionar ante él te puede provocar preocupación o malestar. Incluso tu estrés y tu ansiedad pueden aumentar.

7 técnicas para solucionar conflictos 

Los conflictos forman parte de nuestra vida y, a veces, nos enfrentamos a momentos o situaciones con otras personas que no nos gustan o que nos incomodan, pero que tenemos que aprender a salir de ahí de una forma pacífica y sana.

Haz una pausa

Cuando haces una pausa puedes salir de las reacciones automáticas de tus pensamientos y emociones abriéndote a la consciencia del momento presente. Respira profundamente y piensa en cuál va a ser tu reacción antes de responder

Estar presente sin juzgar

Cuando practicas Mindfulness, ya estás en conocimiento de lo que significa estar presente sin juzgar, aceptando lo que la otra persona te está comunicando, sin que tus miedos, prejuicios o experiencias previas te turben la mirada y el sentir. 

Aprendes a romper el círculo vicioso de pienso-siento-actúo de manera automática, para dejar de mantener conversaciones o interacciones improductivas.

Escucha de manera abierta

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Si no tienes problemas auditivos, oír no es una opción, pero ¡escuchar sí lo es!

Oír: percibir los sonidos que hay. Escuchar: poner la intención, la voluntad de oír.

Aprende a escuchar sin juicios lo que la otra persona te está comunicando.

Escuchar abiertamente significa que no estás pensando qué le vas a responder ni estás creando estrategias para ver quién tiene la mejor idea. No interrumpes ni finalizas sus oraciones. No asumes o llegas a conclusiones, sino que estás experimentando en tu propia carne lo que la otra persona te está contando y estás sintiendo lo que ella está sintiendo. 

Autoconciencia

Cuando escuchas de forma atenta y sin juicios puedes estar más en contacto con lo que te está sucediendo internamente. Ser consciente de tus reacciones internas y automáticas te permite reconocer tus pensamientos y emociones. Este nivel de consciencia te permite hacer una pausa antes de responder, evitar así “saltarle a la yugular” al otro y reaccionar de una manera inconsciente.

Habla en primera persona 

En vez de decir “lo que tú me hiciste” prueba a decir “lo que yo sentí…” 

Al final, el intercambio es para que ambas partes se escuchen y ambas saquen beneficio. Recuerda que no todo es acerca de ti.

Aprende a decir NO

Cuando deseas decir que no, es necesario que hayas contactado muy íntimamente con lo que quieres conseguir para que puedas hablar desde ese nivel de consciencia. Ya habrás entendido que, si dices que no, la otra persona te seguirá queriendo y respetando. 

Practica Mindfulness

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Con la práctica de Mindfulness profundizas en la paciencia, en la compasión hacia ti misma y hacia las otras personas. Esto también te permite ver al otro y aceptarlo tal y como es, con sus aciertos y defectos. Al fin y al cabo, todos somos uno. Es lo que llamamos la humanidad compartida dentro de la práctica de la compasión.

Los conflictos no siempre se resuelven, a veces solo salen a la luz. Y lo bueno es darles espacio. Entender cómo reaccionamos ante ellos, si como un juego de competencia (yo gano y tú pierdes) o como una resolución intermedia donde ambos pueden llegar a ganar. 

Este tema entra dentro del mundo del Mindfulness interpersonal o el Mindfulness en las relaciones.

Y tú ¿cómo llevas la resolución de conflictos? ¿Te cuesta decir NO?

Te leo en comentarios.