Cómo gestionar los pensamientos y calmar la mente con Mindfulness

Cómo gestionar los pensamientos y calmar la mente con Mindfulness

Uno de los beneficios que tiene practicar Mindfulness a diario es que nos permite gestionar los pensamientos y calmar la mente.

Pero seguro que alguna vez has leído o escuchado que para meditar y relajarte tienes que poner la mente en blanco. Y, si has intentado hacerlo, y no lo has conseguido, habrás pensado que eres incapaz, te habrás frustrado y habrás decidido que eso de meditar no es para ti. 

Entonces, ¿realmente se puede poner la mente en blanco? ¿Es verdad que podemos parar todos esos pensamientos recurrentes que circulan por nuestra mente?

Qué ocurre si intentamos poner la mente en blanco

Los estudios científicos dicen que tenemos una media de 60.000 pensamientos diarios y que abarcan: los pensamientos que tenemos del pasado, los pensamientos que tenemos sobre el futuro, lo que pensamos que va a ocurrir (pero que no tenemos la certeza de que vayan a suceder). Y, además, la mayoría de los pensamientos repetitivos que tenemos a diario son negativos.

Un pensamiento nos lleva a otro, y a otro, y a otro… Y nos secuestran, al igual que lo hacen las emociones. Nos enredan en una cascada de pensamientos y nos alejan del momento presente. 

Este paseo continuo que hacen los pensamientos por nuestra mente se le conoce como rumiación mental. 

Si nos quedamos ancladas en nuestro bucle mental nos puede provocar malestar, ansiedad y estrés.

Al intentar poner la mente en blanco para “eliminar” nuestros pensamientos lo que conseguimos es estresarnos aún más. Cuando tratamos de eliminar los pensamientos de nuestra cabeza, más veces nos aparecerán y con mayor intensidad.

Para deshacernos de los pensamientos recurrentes ¿tenemos que poner la mente en blanco al meditar?

Aún existe la creencia que dice que para meditar hay que poner la mente en blanco y, como consecuencia, se abandona el objetivo de practicar meditación antes de disfrutar de los beneficios que esta práctica le aporta a nuestro cuerpo y a nuestra mente.

Pero tranquila. Si has intentado poner la mente en blanco y no lo has conseguido, no te preocupes. NO es posible mantener la mente en blanco. Practicar técnicas de meditación no significa que tengamos que dejar de pensar, ni dejar de sentir lo que estemos sintiendo en ese momento.

Para empezar, siempre vamos a tener pensamientos porque nuestra mente los crea. Esto quiere decir que nuestra mente funciona correctamente. 

Lo que hacemos a través de la práctica del Mindfulness es aprender a relacionarnos con los pensamientos para que no nos causen malestar. 

Hasta que no somos conscientes de esto, nos creemos todos los pensamientos que atraviesan nuestra mente, incluso nos identificamos con ellos.

Primero, tenemos que entender que nosotras no somos nuestros pensamientos, y que tampoco los creamos a voluntad. 

Cómo podemos calmar la mente con Mindfulness

Vamos con un ejemplo para verlo más claro: 

Vamos a imaginar que nos encontramos sentadas en el interior de una sala de cine. Nosotras somos espectadoras y estamos viendo una película.

La pantalla es nuestra actividad mental.

Todo va bien hasta que nos metemos dentro de la película. Ahora ya no somos espectadoras, sino que somos la actriz protagonista, la actriz secundaria y el resto de actrices que aparecen en la película. 

Empezamos a cumplir un rol tras otro. Y cumplimos tantos roles dentro de esa película que llega un momento en el que nos perdemos por completo.

Con la práctica del Mindfulness, aprendemos a darnos cuenta del momento en el que hemos dejado el asiento como espectadoras. Esto nos permite recuperar ese asiento y volver al momento presente. Nos permite ser más conscientes de a dónde nos están llevando nuestros pensamientos.

Este nivel de consciencia es el que alcanzamos con la práctica del Mindfulness. Aprendemos a no juzgar los pensamientos. Simplemente los observamos y los dejamos pasar. 

Te confieso: esto requiere práctica.

La práctica del Mindfulness para calmar la mente

El Mindfulness nos ayuda a lograr un profundo estado de conciencia de los pensamientos y las emociones. 

Si incluimos la práctica de Mindfulness en nuestro día a día podremos aprender a gestionar los pensamientos y conseguiremos calmar nuestra mente mediante la atención total en el momento presente. 

De esta manera entenderemos que “vivir en el pasado” y “vivir en el futuro” no es sano. Esto nos produce ansiedad y estrés. 

Con la práctica del Mindfulness conseguimos entrenar nuestro cerebro para bajar el ritmo de pensamientos, logramos calmar nuestra mente y disfrutamos de un merecido bienestar físico y mental.

Practicando Mindfulness nos centraremos en vivir en el aquí y ahora.

Dejar de ser esclavas de la mente nos abre una puerta hacia la libertad. 

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Nota importante: Este artículo no pretende sustituir el consejo psicológico/médico sino explicar cómo trabajamos con los pensamientos desde la óptica del Mindfulness.

No Esfuerzo en mindfulness y su valor

No Esfuerzo en mindfulness y su valor

En pocas palabras

Resumen de esta entrada: El «no esfuerzo» en mindfulness, significa permitirte experimentar tu momento presente, con lo que sea que te trae, sin desear modificar nada y no plantearte una meta u objetivo para tu práctica.

Esfuerzo y recompensa

El Dr. Jon Kabat-Zinn relata en su obra maestra* que cuando los pacientes llegaban a la Clínica de Reducción de Estrés, para sorpresa de los pacientes, el mensaje era que no se esforzaran por hacer ningún progreso hacia sus objetivos.

Si el médico les había recomendado mindfulness ya fuera para bajar su tensión arterial o reducir su dolor o ansiedad, la primera instrucción recibida era que no trataran de hacerlo sino que, simplemente, permanecieran en el momento presente y siguieran las instrucciones de la práctica lo mejor que pudiera cada uno.

Esto, obviamente, dejaba a los pacientes sorprendidos ya que estamos habituados a hacer A para obtener B.

Debido a que vivimos en una cultura que nos refuerza diariamente el valor del progreso, del esfuerzo y del sacrificio, «Esfuérzate y lo conseguirás» «Ganarás el pan con el sudor de tu frente» «Si te esfuerzas y consigues X, de recompensa obtendrás Y», nos resulta muy extraño plantearnos hacer algo sin querer conseguir un objetivo.

El «no esfuerzo» parece estar en contra de lo que se nos enseña, una verdadera contradicción para conseguir el éxito y bienestar.

Si deseas obtener unas abdominales al estilo Instagram, te deberás esforzar lo suficiente incrementando día a día la cantidad de abs que haces.

Para meditar, sólo tienes que poner tu intención en Ser y aprender a estar aquí y ahora.

Esto nos lleva de vuelta a quiénes somos y a donde estamos, realmente.

En los dominios del mindfulness

Entender el no esfuerzo en mindfulness y cómo practicarlo

Esta actitud se basa más en el Ser que en el Hacer, abriéndonos al momento presente tal como se despliega, haciendo una pausa en nuestra incesante actividad interna y externa:

  • no buscar que las circunstancias sean diferentes
  • que nos sintamos distinto a como nos sentimos
  • ni desear estar en otra parte

Esto no significa de que «nos sintamos felices de que las cosas sean como son o cómo se nos presentan». Es volver a la presencia, a estar presente.

El no esfuerzo en mindfulness es tratar de estar aquí y ahora sin anticipar ningún resultado futuro, ni buscarlo.

Cuando durante la práctica, cientos de pensamientos nos llevan a diferentes sitios, en lugar de querer apartarlos o suprimirlos podemos darnos el espacio para verlos, observarlos. Y volver a lo que estábamos.

Reconócete tal y como eres, ya eres y no necesitas hacer más para ser. Ya puedes dejar atrás los esfuerzos para llegar a ningún lado con la práctica.

El esfuerzo se interpone en el camino del Ser, permítete estar y venir a la práctica tal y como eres. Aparca tus objetivos por un rato y dedícate a Ser.

Hoy es un buen momento para empezar con la práctica, escucha mis guías online o date de alta para las prácticas en grupo . Estás invitad@


*La obra a la que hago referencia es Vivir con Plenitud las crisis, Editorial Kairos, cuyo título en inglés es Full Catastrophe Living.